Protos: Ser primero, también en el enoturismo

Hablar de Ribera del Duero es hablar, siempre en primera instancia, de Protos. Tomando su nombre del vocablo griego πρῶτος, Ser primero, aquella bodega fundada un 29 de marzo de 1927 por once emprendedores peñafielenses abrió el camino a que toda una región se volcase en el vino. Pero no solo su producción. Como se lee en la Misión de la Bodega, «aquellos hombres visionarios supieron escuchar al terruño, entender sus necesidades e imaginar un proyecto de éxito que, además de haber llegado intacto hasta nuestros días, crece mirando siempre hacia el futuro».

Ha pasado casi un siglo, pero la propuesta transgresora de nombres como el de Saturnino de la Puente, Venancio Zarza o Matías Bayón, entre otros, sigue manteniéndose fiel e indeleble a su nacimiento: tener una actitud de mejora constante con el único objetivo de elaborar uno de los mejores vinos.

Como Miembro Fundador de FINE, #WineTourismExpo, en esta IV Edición también tendrán una presencia importante, en la que mostrarán al mundo su importante oferta enoturística. Desde 2009, año en que Marilena Bonilla lanzase el proyecto relacionado con el enoturismo y la Bodega abriese sus puertas al público, hasta la actualidad, Protos ha marcado tendencia en la DO.

Conocer las Bodegas, una experiencia clave para el turista que se acerca a Valladolid

La propuesta que desde Protos hacen al enoturista se enmarca dentro de una lógica inapelable: a los pies del Museo del Vino, Sir Richard Rogers, responsable de la T4 del Aeropuerto de Barajas o del Centro Pompidou de París, uno de los arquitectos más relevantes de las últimas décadas, levantó un edificio único que, una vez más, sitúa a la Bodega a la vanguardia del enoturismo y cuya visita por los turistas nacionales e internacionales es obligatoria cuando se acercan a la provincia de Valladolid.

La visita a Protos, que permitirá conocer a fondo este siglo de historia, incluye un recorrido a través de los de más de dos kilómetros de galería subterráneas, así como la nueva bodega. A lo largo de aproximadamente una hora se podrá pasear por unas galerías en las que con cariño y esmero -y a una temperatura controlada entre trece y quince grados- se guardan unas tres mil barricas de las quince mil totales que posee Protos. Un imperdible a lo largo de la vista es la pequeña sala en la que, como si de una capilla se tratase, se guardan todas las añadas desde 1927 hasta 1999. Auténticas reliquias de una historia centenaria.

Comienza la visita con la degustación de una copa de Aire de Protos, junto con el que, a través de un espectáculo de video maping, se podrá conocer la historia de la Bodega, desde su fundación hasta la actualidad, pasando por la expansión a otras DOs, como la construcción en 2008 de la zona nueva. Partiendo de esta estructura de visita, Protos ofrece dos experiencias distintas: Diversidad, en la que al final de la visita se podrán degustar Protos Verdejo y el Crianza con 12 meses de envejecimiento en barricas de roble francés y americano, y Singular, en la que la cata final incluye Protos Cuvée, Protos Reserva y Protos Gran Reserva.