Esta región, galardonada por la UNESCO como Reserva Natural de la Biosfera, es un tesoro de Cataluña que cautiva a todo aquel que la visita. Con su declaración en 2016 como uno de los 100 mejores destinos turísticos sostenibles del mundo por la Asociación Internacional Global Green Destinations, este lugar ha sido reconocido por su compromiso con un turismo de calidad, sostenible y respetuoso con el medio ambiente y la cultura local.

Este enclave es una confluencia de tesoros naturales y dos ecosistemas únicos en el Mediterráneo: el Delta del Ebre y el Macizo dels Ports. La belleza y diversidad de sus paisajes, que abarcan desde parques naturales hasta sierras y ríos, ofrecen una paleta de colores y formas que cambian con las estaciones, reflejando los ritmos lentos pero implacables de la naturaleza.

Propuesta enoturística y de aventura en la región

Los visitantes que buscan una experiencia enoturística única encontrarán en la Terra Alta, una subregión de esta área, un destino idóneo. Conocida por su Denominación de Origen y por mantener variedades autóctonas como la garnacha blanca, la Terra Alta es un escaparate del arte ancestral de hacer vino.

Las bodegas familiares de la zona, muchas de las cuales han sido tomadas por nuevas generaciones, ofrecen visitas guiadas y catas que permiten a los viajeros descubrir la riqueza y la pasión detrás de cada botella.

La gran suerte de los visitantes es que el vino trasciende más allá, y se combina con otras especialidades turísticas: la zona ofrece un amplio abanico de posibilidades.

Para los amantes de la naturaleza y la aventura, las Terres del Ebre ofrecen una amplia gama de actividades. Desde paseos románticos por el Faro del Fangar, donde se puede disfrutar de atardeceres únicos, hasta experiencias acuáticas en el río Ebro, como kayak o paddle surf, cada actividad es una oportunidad para conectar con el entorno natural.

El senderismo por el GR92, que bordea la costa entre l’Ametlla de Mar y l’Ampolla, ofrece vistas impresionantes y la oportunidad de sumergirse en calas de aguas cristalinas.

La gastronomía es otro de los pilares de esta región, con una oferta que va desde la cocina tradicional hasta la de autor, incluyendo tres chefs galardonados con estrellas Michelin. Restaurantes dispersos por la región ofrecen platos elaborados con productos locales, brindando una experiencia culinaria que es un reflejo fiel de la tierra.

En definitiva, Terres del Ebre no son simplemente un destino, sino una experiencia transformadora que invita a los viajeros a conectar con la naturaleza, la historia y la cultura. Aquí, el tiempo parece dilatarse, permitiendo a los visitantes sumergirse completamente en sensaciones auténticas y en la belleza pura de su entorno.

Inspirado por el pensamiento de Friedrich Nietzsche sobre la sencillez y naturalidad como fines supremos de la cultura, este destino ofrece una oportunidad única de reconectar con lo esencial de la vida.

Los itinerarios y guías disponibles en la región proporcionan un abanico de posibilidades para explorar y disfrutar de todo lo que las Terres del Ebre tienen para ofrecer. Desde rutas de vino por la Terra Alta, que combinan cultura, vinos ecológicos de alta calidad y paisajes espectaculares, hasta actividades como paseos en bicicleta eléctrica y catas de vinos clandestinas, cada experiencia está diseñada para sumergir a los visitantes en la esencia de este lugar mágico.

La Ruta de «Les Bruixes d’Arnes» con cata de vinos en Horta de Sant Joan, por ejemplo, es una experiencia que combina historia, naturaleza y enología. Las visitas a bodegas en Batea y Bot permiten descubrir el proceso de elaboración del vino y participar en talleres sensoriales y catas dirigidas por enólogos. En Deltebre, la cata clandestina ofrece una aventura al aire libre donde la sorpresa es el principal ingrediente.