En el panorama del enoturismo europeo, Lindeborg Wines se posiciona como un referente destacado, ofreciendo una experiencia vinícola integral que combina tradición, innovación y hospitalidad. Con presencia en las regiones vitivinícolas de Lisboa, Tejo y Alentejo, esta bodega no solo produce vinos de alta calidad, sino que también invita a los visitantes a sumergirse en la cultura y el paisaje portugués.

Propiedades en todo el territorio luso

Lindeborg Wines gestiona cinco propiedades vitivinícolas que reflejan la riqueza histórica y geográfica de Portugal: Quinta da Folgorosa, Vinhos Cortém y Quinta da Barrosa en la región de Lisboa; Quinta Vale do Armo en Tejo; y Herdade da Cabeceira en Alentejo. Cada una de estas fincas aporta su carácter único a la producción vinícola del grupo, respetando las tradiciones locales mientras adopta prácticas agrícolas sostenibles.

La historia de Quinta da Folgorosa es particularmente notable, ya que este enclave desempeñó un papel estratégico durante las Guerras Napoleónicas. Durante las visitas, los guías comparten relatos de figuras históricas como el general Junot y el duque de Wellington, añadiendo una dimensión cultural a la experiencia enoturística.

Foto: Lindeborg Wines

Experiencias únicas

Lindeborg Wines no solo invita a disfrutar de sus vinos, sino que también propone actividades diseñadas para satisfacer tanto a los entusiastas del vino como a los viajeros ocasionales. En Quinta da Folgorosa, la experiencia “Enólogo por un día” permite a los visitantes crear su propio coupage, embotellarlo, encorcharlo y etiquetarlo con su nombre. Esta actividad incluye un recorrido por los viñedos y la bodega, culminando con una cata de entre tres y seis vinos, acompañados de quesos, ensaladas, mermeladas, aceite de oliva y pan.

Durante la vendimia, Lindeborg Wines organiza jornadas especiales donde los visitantes pueden participar en la recolección de uvas, aprender sobre el proceso de vinificación y, si las condiciones lo permiten, experimentar el tradicional pisado de la uva. Estas experiencias finalizan con un almuerzo maridado con vinos de la bodega, brindando un cierre perfecto a la jornada.

Para quienes prefieren una escapada urbana, el 111 Vinhos en el corazón de Lisboa ofrece catas guiadas y una tienda de vinos bien surtida. Este espacio es ideal para aquellos que desean explorar la oferta vinícola de Lindeborg sin salir de la ciudad.

El Surfers Lodge, por su parte, combina la pasión por el vino con la cultura del surf. Este alojamiento boutique ofrece una experiencia única, donde el lujo y la gastronomía portuguesa contemporánea se encuentran con la relajación costera. Su restaurante, enfocado en ingredientes frescos y de temporada, presenta platos diseñados para realzar las cualidades de los vinos del grupo.

Foto: Lindeborg Wines

Uno de los pilares de su filosofía son las prácticas sostenibles

Lindeborg Wines destaca por su enfoque en la sostenibilidad y la innovación, sin perder de vista las tradiciones que definen la cultura vitivinícola portuguesa. En todas sus fincas, la bodega adopta prácticas agrícolas responsables, asegurando que la producción de vino se desarrolle en armonía con el entorno natural.

La apuesta por la calidad se refleja en la oferta de vinos de baja intervención en Vinhos Cortém, ideales para quienes buscan autenticidad en cada copa. En Tejo, Quinta Vale do Armo es reconocida por la excelencia de sus vinos, disponibles tanto en catas organizadas como en su wine bar para quienes buscan una experiencia más ágil.

Además, Lindeborg Wines no solo promueve el vino como producto, sino como parte de un estilo de vida que incluye la gastronomía y la cultura local. En todas sus visitas, los huéspedes disfrutan de productos tradicionales, como quesos, pan y aceite de oliva, acompañados de ingredientes frescos cultivados en las propias fincas.