La profesionalización del sector enoturístico es clara en todo el mundo

La práctica del turismo del vino se empezó a planificar a finales del siglo pasado, siendo Italia y Francia las potencias que más asentado tienen su modelo con millones de enoturistas al año, 14 millones (Cittá del Vino, 2018) y 10 millones (Visit french wine, 2016) respectivamente. El Valle del Napa de Estado Unidos también nos demuestra el éxito de una gran estrategia, conocida y visitada por alrededor de 23 millones de personas al año de diferentes partes del mundo (Wine Institute).

Regiones de Argentina, Chile y Australia dan muy buenos pasos aprovechando sus ventajas y el este de Europa comienza a ofrecer posibilidades muy interesantes. Portugal está realizando importantes inversiones por valor de 60 millones de euros para el periodo 2019-2021 en proyectos enoturísticos, como formación y promoción de sus regiones vitivinícolas, en 2018 habían recibido 2,5 millones de enoturistas.

España tiene grandes marcas reconocidas en todo el mundo está en fase de exploración de estrategias e investiga diferentes públicos familiar, grupos, parejas, nativos, extranjeros para fomentar el enoturismo en todas sus regiones. Según los datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino, en 2018 las rutas del vino recibieron 3,2 millones de visitantes que generaron un impacto económico de 67 millones de euros.

Los profesionales de enoturismo serán eje fundamental para asentar un crecimiento eficaz de este área que sea rentable para las bodegas. Nuevamente en Francia, el sector del vino realiza entre un 19% y un 23% de sus ventas directamente en las bodegas gracias al enoturismo. En Sudáfrica este porcentaje se sitúa en torno al 20% (Bruwer, 2003), en Australia esta proporción se incrementa hasta el 35% y en Norteamérica existen empresas vitivinícolas que venden toda su producción directamente en las bodegas (Williams y Dossa, 2003).

Los informes de enoturismo en diferentes países revelan datos de un gasto medio por enoturista al día que corresponden a una experiencia completa de viaje, en España e Italia la cifra es similar, en torno a los 160 euros por enoturista y día y Francia supera los 200 euros, no obtante en todos los desembolsos las visitas a bodegas y la compra de vinos tienen una gran importancia junto con la gastronomía local.