La esencia de Alella, presente en FINE 2024 con su oferta enoturística

Alellá

La Denominación de Origen Alella, reconocida desde 1956, es un emblema de la viticultura en Cataluña y se caracteriza por su proximidad a la ciudad de Barcelona y su idílica ubicación entre el mar Mediterráneo y la Serralada Litoral.

Con una extensión de aproximadamente 560 hectáreas y una producción media anual de 9.000 hectolitros, esta DO es una de las más pequeñas y antiguas de la península, pero su tamaño no le resta importancia en el panorama vinícola español.

Alella es conocida principalmente por sus vinos blancos, elaborados con la variedad de uva Pansa Blanca (Xarel·lo), que aporta singularidad y frescura a los vinos.

Otras variedades como la Garnacha Blanca y Picapoll Blanca también contribuyen a la diversidad de los blancos de la región. La zona no se limita a los blancos, también se producen vinos rosados y tintos de calidad, utilizando variedades como Garnacha, Merlot y Tempranillo.

La crianza de los vinos de la DO Alella sigue rigurosos estándares de calidad, con un envejecimiento mínimo de dos años, de los cuales al menos uno es en barricas de roble.

La DO Alella se beneficia de un microclima ideal para el cultivo de uvas, con un clima mediterráneo en las viñas más cercanas a la costa y un clima más continental en las zonas más altas.

Los suelos de la región, especialmente en las viñas más bajas, están compuestos por una capa superficial única conocida como «sauló», un tipo de arena granítica blanca que es muy porosa y retiene bien el calor, ayudando a la maduración de las uvas​​.

Las bodegas de DO Alella

Entre las bodegas más notables se encuentran Masía Can Roda Vinyes i Vins en Martorelles, Bouquet d’Alella y Celler Marfil, todas situadas en Alella, así como Masía de Can Matons – Renventós de Alella en Santa Maria de Martorelles. Estas bodegas, junto con Celler de les Aus y Alta Alella, ofrecen una variedad de experiencias enoturísticas, desde visitas guiadas hasta catas de vino, permitiendo a los visitantes explorar la diversidad y riqueza de los vinos de la región.

En cuanto a los viticultores, la DO Alella cuenta con la valiosa contribución de Celler Testuan en Cabrils y Masia Coll de Canyet en Badalona. Estos viticultores desempeñan un papel crucial en el cultivo de uvas de alta calidad, aportando a la singularidad y el carácter distintivo de los vinos de Alella. Cada uno de estos productores, con su dedicación y pasión, contribuye a mantener viva la herencia vinícola de la región, ofreciendo vinos que son un fiel reflejo del terruño y el microclima único de Alella.

Turismo y vino en la misma ecuación: ¿qué propone Alella?

Las actividades de enoturismo en Alella van desde aperitivos y brunch entre viñedos hasta cursos de cocina y concursos de paellas, ofreciendo a los visitantes una forma interactiva de conocer la gastronomía local.

Las experiencias de bienestar como el yoga entre viñedos y visitas relajantes a bodegas familiares complementan la oferta, permitiendo a los visitantes sumergirse en la tranquilidad y belleza del paisaje vitivinícola de Alella.

Para aquellos interesados en una inmersión más profunda, la DO Alella organiza visitas guiadas a sus bodegas y viñedos, donde se puede aprender sobre el proceso de elaboración del vino y disfrutar de catas que destacan la singularidad de sus vinos.

Estas visitas son una oportunidad para entender el compromiso de la región con prácticas de viticultura sostenible y la preservación de su rica tradición vinícola.

La presencia de Enoturisme DO Alella en FINE #WineTourism Marketplace representa una invitación a explorar un paisaje vinícola repleto de historia, sabor y cultura, ofreciendo a los visitantes una experiencia enoturística que va más allá del vino y se adentra en el corazón de la tradición catalana.