¿Cuáles son las experiencias más demandas por el enoturista?
Las dos primeras fechas de marzo, el evento internacional sobre enoturismo por excelencia tendrá lugar en Valladolid. La Feria de la capital castellana será la de sede de FINE #WineTourismExpo #Marketplace, con el fin de conocer las últimas novedades sobre el mundo, de cara a los períodos vacacionales del año 2023.
El pasado año nos puede dar algunas pistas de lo qué busca el enoturista: lugares concretos, experiencias más demandadas… Un hecho histórico como la pandemia es lógico que se noten sus efectos en años posteriores y el comportamiento del amante del vino no ha quedado alejado de las sombra de un acontecimiento tan importante. Además, 2022 se ha marcado como el año de recuperación del turismo tras dos períodos vacacionales de vivir con restricciones exigentes.
Tendencia al alza: el enoturista gasta más
El XIII Informe del Análisis la Demanda elaborado por el Observatorio Turístico de las Rutas del Vino de España traduce los datos para redactar un perfil sobre el enoturista actual que hay en España. Como norma general, el enoturista gasta más por dos razones: las bodegas han invertido en la actividad enoturística con una mejora en las instalaciones y se han creado productos más personalizados para que el turista se sienta como en su segunda casa.
El último informe de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), el cual recoge los datos del último semestre 2021 y el primer semestre de 2022, confirma la tendencia positivo respecto al enoturismo. La estancia media es de 2,47 días (lo que traducido es un fin de semana). La organización fijó el gasto medio en casi los 500 euros por persona (493,97 para ser más exactos). Siguiendo una simple reglas, se puede establecer el gasto de 199,99 euros por cada persona y día.
El enoturista duerme en hoteles y en pareja
El tipo de alojamiento escogido es otro de los aspectos que se señaló en este estudio. En el penúltimo estudio (comprendía el primer semestre de 2021 y el último de 2020), el alojamiento rural superó a las estancias en hoteles de 4 estrellas. Sin embargo, las tornas han cambiado y los hoteles vuelven a situarse en cabeza, pero la diferencia es inapreciable: la opción de pasar las estancia en hotel alcanzó el 21,72% mientras que el alojamiento en casas rurales se quedó a 5 décimas (21,29%). El acercamiento de cifras entre hotel y casa rural puede indicar que, tras la situación vivida en el 2020 y 2021, el enoturista busca una opción más íntima y sin aglomeraciones de gente.
Y es algo que confirma la forma en la que viajan, ya que los viajes en pareja son la opción más repetida. Casi la mitad de los enoturistas del estudio (48,76%) eligen ir con su pareja sentimental a buscar la paz y descubrir nuevos vinos con los que deleitar su paladar. Como segunda opción están los grupos de amigos, siendo el tamaño medio de la pandilla de cinco personas.
¿Lo principal? Ver cómo se elabora el vino
A pesar de las continuas innovaciones en oferta enotruística, la persona quiere contemplar la sede donde nace su vino preferido. El informe al que hacemos referencia durante todo el artículo, afirma que las visitas a las bodegas continúan como la opción preferida: un 85,15% de los enoturistas confirma haber realizado una visita, al menos, a alguna bodega. La media de bodegas visitadas se sitúa en un 2,06. Algunas de las actividades correlacionadas con visitas enoturísticas (visitas a museos del vino, actividades en la naturaleza…) también cuentan con el apoyo del enoturismo.
En cuanto a las visitas a bodegas, existe una actividad que está recibiendo la buena acogida como son las políticas de las bodegas abiertas. En España, las bodegas de La Rioja sobre todo están adoptan esta medida como sucede en lugares de Norteamérica o Francia. Las visitas son espontáneas, sin ningún tipo de reserva que busca pasar un rato lúdico, sin necesidad de realizar una visita guiada. Esa libertad de poder acudir a cualquier hora y día aumenta el número de visitas guiadas.