La ciudad está repleta de buen ambiente, con un patrimonio que siempre ha mirado al mar y ha marcado su historia. Los paseos a pie de playa, los culinos de sidra, los bocartinos fritos, los palacios asturianos y las casas de los pescadores, todo parece tener un contraste en esta tierra de sentimientos. A ningún viajero le faltará su buena mochila de cultura, gastronomía, turismo activo y naturaleza para aprovechar la estancia en una de las ciudades asturianas más atractivas y dinámicas del litoral cantábrico.