Situado en una finca familiar de 550 Has. de dehesa extremeña, este precioso cortijo del siglo XIX ha sido restaurado con sumo respeto a los elementos originales y una cuidada adaptación a las necesidades del alojamiento. Lo que en su día fue el área principal del cortijo, el granero y el establo, se han convertido en acogedoras habitaciones y luminosos salones. Se han recuperado elementos de madera y piedra existentes y se han mezclado sutilmente con toques modernos. Ese mismo balance entre lo moderno y lo antiguo se aprecia en el interiorismo elegido, donde se salvaguarda la esencia del lugar y su autenticidad, creando ambientes que evocan al descanso, a la lectura, al disfrute. En este cortijo se respira historia en cada rincón por el que pasas.