Fimascota incorpora este año una exposición de bonsáis en la que se mostrarán ejemplares de especies como olmos, sabinas, tejos, robles, olivos, membrilleros de Japón, pinos silvestres, thunbergii, pentaphylla, arces campestres, burgerianos, de Montpellier… en definitiva, una colección de unos 80 ejemplares de árboles de exterior coordinada por la Asociación del Bonsái de Laguna de Duero (Valladolid).
Los visitantes podrán admirar la belleza de estas “réplicas a escala de la naturaleza” y conocer detalles de cómo iniciarse en este arte oriental en el que “la paciencia es fundamental”, según explica el presidente de la Asociación, Félix Arribas.
En la exposición habrá un tejo de unos 200 años “pero en un bonsái la edad no es la referencia fundamental, es más importante que esté bien trabajado, que cumpla con las proporciones de altura, diseño de las ramas, medidas de la maceta” para que el resultado sea armónico y acorde a las normas y directrices de esta disciplina para cada especie.
Los olmos son, en opinión de Arribas, las mejores especies para iniciarse en el mundo del bonsái “porque son resistentes, aguantan bien los trasplantes y podas”; en cambio los pinos requieren más pericia.
La Asociación del Bonsái de Laguna de Duero ofrecerá talleres de iniciación a este arte y demostraciones sobre cómo trabajar el diseño de estos árboles en miniatura. Se celebrarán el sábado y el domingo, a las 11 y 16 horas, en Fimascota, y serán gratuitos.
Los asistentes descubrirán desde cómo elegir la mejor maceta hasta qué tipos de herramientas emplear en el diseño, variedades de sustratos, alambres empleados para dar forma a los árboles e incluso vocabulario propio de esta actividad: nebari, yamadori, shari, jin, ichi-no-eda, hokidachi, chokkan, fukinagashi… y mucho más.